Una pincelada de sonrisa, un toque verde esperanza, azul de paz, y rojo de pasión.
Aprende a soltar, dejar ir, fluir lo que te venga en gana en el momento, porque de repente, puede que una obra de arte se te venga a la cabeza, y entonces, se te forme esa U de dos puntitas a la que llamamos sonrisa.
Siente con el corazón, a la par que la mente nos equilibra la pincelada, y el agua de nuestros ojos nos enseña a valorar, superar y no volver a repetir esos trazos, porque seguro acabaremos en un cuadro que no es el nuestro, de incertidumbre y ansiedad, lo que deriva a tristeza.
Llega a las personas tal y como eres, deja trazos en personas que nunca lo olvidarán, y abandona éste mundo si no es ahora cuando toque, porque el tiempo es etermo, pero los cuadros, alguna vez, terminan por acabarse.
MikelG.
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