Escucha a tu corazón cuando la mente calla, y sólo entonces, sabrás lo que tu alma susurra, y desea, en el plano abstracto de los sueños.



Alguna vez os habréis preguntado ¿qué hacemos cuando soñamos? Acaso nos vamos a otro plano astral a disfrutar de esa vida que un dia fuimos, y simplemente, no lo sabemos?

    El sueño es producto de todas las vivencias de nuestra mente, los pensamientos que pasan cada microsegundo por nuestro cerebro y hace que salten chispas en cada una de nuestras terminaciones nerviosas. ¿A dónde quiero llegar con ésto? Todo sueño es la interpretación abstracta de nuestro subconsciente, cuando cerramos los ojos, y cada sueño tiene un significado. Buscadlo en google, si sueñas que te caes, significa una cosa, si sueñas que vuelas, otra.

    El sentimiento del amor es como los sueños, abstracto, chispas que surgen en nuestras terminaciones nerviosas, cuando pensamos en alguien, hablamos de alguien, escuchamos alguna anécdota de ese alguien....pues bien, esos cosquilleos que terminan en un, puedo llamarte ahora, que tengo ganas de verte mi amor? Son las palabras que le hacen erizar a uno, desde las terminaciones de placer del cerebro, hasta lo más ardiente de su corazón.

    Dejarnos llevar también por dicho sentimiento es peligroso, por eso hay que tener en cuenta la mente, la razón, porque cuando se empieza a conocer a alguien, es como una batalla eterna entre dos equipos...la mente, y el corazón.

    En definitva, no hay que dejarse llevar siempre por uno de ellos, hay que buscar el equilibrio entre ambas partes. En definitiva, cuando en los sueños infantes construimos puentes hacia las ilusiones de una relación, la mente está maquinando a nuestras espaldas, con el filo de la razón.

Haz caso a tu corazón, pero no pierdas lo que te hace único, la capacidad de razonar, y saber, qué es lo mejor para tí, en cada momento.

MikelG.



   

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