Tomemos el estrés como el combustible de la voluntad de hacer las cosas bien, y la frustración como aprendizaje que vamos por el camino correcto 👌🏻❤️

 Todos alguna vez nos hemos sentido estresados, preocupados por algo, uy voy tarde al trabajo, no hice los deberes, me he olvidado de darle de comer al gato...pues bien, todas estas acciones, no son más que situaciones que nos hacen darnos cuenta que debemos aflojar el pistón, bajar la marcha, relajarnos, respirar hondo y analizar la situación. 

Debemos preguntarnos, si realmente queremos estar así en el día a día, de frustrarnos todo el rato por cosas sin importancia, como lo puede ser que no nos salga un problema de mates en un exámen, o no le gustemos a la persona por la que sentimos cosas que ni sabíamos que podíamos sentir...pero claro, es sólo un ejemplo.

La frustración es un estado de ánimo, inconcluso, desconocido, porque siempre sabemos cuando empieza, pero nunca cuando termina. Honestamente, os habéis parado a pensar que, si no nos frustráramos tanto, viviríamos el día a día con más pausa, más concentrados en todo lo que hacemos, y en hacer las cosas bien?

¿Con éste párrafo qué quiero decir? Que para todo hay que tener voluntad, y dicha voluntad erradica en uno mismo, ya sea de una forma u otra, y cuando la tenemos, ese hábito, esa sensación de paz, equilibrio entre consciente y subconsciente, debemos interiorizar, "yo puedo hacerlo", "voy a superar ésto", "soy más fuerte de lo que pienso", hacerlo frente a un espejo, os confirmo que, funciona a la perfección!

En definitiva, la voluntad de uno mismo es necesaria para llegar a los objetivos que nos proponemos, y sea cual sean nuestras frustraciones, debemos anticiparnos a ellas e intentar ver el lado positivo de las cosas, desechar lo negativo, y respirar ese aire de voluntad, que nos vuelve invencibles ante el miedo, aprender de los errores que podamos cometer, y darlo todo, a cada segundo que respiramos. Buenas noches. 

MikelG.



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