Nada en particular, pero todo, tiene sentido, razón de ser, ni nosotros sabemos lo que somos, seremos, o en qué nos convertiremos...
Hay días que tienes ganas de todo, y de nada a la vez...que un sólo ruido te afecta, un mensaje, una cosa que pase por tu mente, cualquier cosa, necesaria o innecesaria...tenemos que aprender a canalizar esos estímulos que nos hacen sentir de otra forma distinta a la que nos queremos sentir, sentir, es una de las cualidades que por genes, o no preguntes por qué, desde pequeño me afectan todas las pequñas y grandes cosas que pasan por mi camino.
Redes sociales, personas, sitios, sentimientos...aire, tierra y mar...no me salen las palabras para continuar escribiendo, pero, aun así, intentaré terminar éstas líneas porque es la única manera con la cual me siento relajado, sin pensar en todo lo que pasa, ha pasado a mi alrededor, y que inevitablemente afecta a mi forma de vivir el día a día.
Personas, que me marcaron, me marcan y quién sabe si me marcarán...se sabe dónde empiezas, pero no dónde vas a terminar. Mis dedos paran, se vuelven a poner en marcha, para intentar no decaer de nuevo en la escritura sin sentido, pero, al final me doy cuenta, que es lo que más tiene cabida, en el día a día de este sagitario solitario.
Sitios, experiencias, risas, gestos, y una mirada o un comentario, que cambia tu rumbo para siempre, del punto A al punto B, de la otra punta del mundo, al mundo de tu propio interior.
No confíes en nadie, sólo en tí, en tí, y después en tí, porque nadie sabe mejor que tú, cuándo estás perdido, encontrar el camino de vuelta, a tu yo real.
La realidad y la ficción, que me monto todos los días en la mente, por X o por Y motivos, a veces que no llegamos a entender ni nosotros mismos... situaciones, que no tienen ni pies ni cabeza, pero suceden, para apartar a las personas de nuestras vidas, por alguna Z razón, que ninguna letra del abecedario puede descifrar.
Sólo el tiempo dicta, y las acciones transmiten, lo que uno es en realidad, lo que uno quiere dar lo da, recibe lo que recibe, y empieza a llorar, por nervios o por soltar todo lo que lleva dentro, porque es la única forma de relajar su interior, y dejar que el Yo real aflore, sin miedos ni inseguridades, ante el día y la noche, del calendario que es la vida.
MikelG
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