El aislante del amplificador de sonidos de mi alma, se rompió, y ahora entra cualquier nota, semitono o tono que no casa con la melodía que estoy buscando...
Música rock a tope y a escribir, es lo que me aisla, lo que me mueve, lo que siento y lo que despierta en mí las ganas de redactar, de alguna forma, cómo me siento frente a todo y como se siente todo, frente a mí.
Las notas y los acordes resuenan cuando me pongo los auriculares de aislamiento, de mi propia burbuja, donde sólo yo tengo la llave, yo soy mi propio administrador. La llave de uno mismo es difícil de encontrar, pero también, he de confesar, que es complicado abrirme a un viejo sentimiento como es el querer, el comprender, escuchar, pensar, mirar, sincronizarse con otra persona a la vez que estoy en paz conmigo mismo.
En una nueva ciudad, nueva etapa, nueva gente, a veces te sientes desarropado, sobre todo en invierno que el frío te hace estar más congelado aún, incluso dejarte llevar te cuesta más porque tus músculos, tu mente, no puede avanzar por miedo, por desconfianza, por no sentir que vaya a estar bien, por no estar seguro de si es lo que se quiere o no, por empezar de cero, siempre se deja algo atrás, se sacrifica parte de tu alma, para que ese otro pedazo se vaya recomponiendo después de desaparecer en el pasado, y volver al presente, renaciendo de las cenizas aun más fuerte y confiada, pues en mi caso, no es así para nada.
Cuando te cuesta mucho expresarte en directo, y lo haces mejor escrito, deseas que todo el mundo te comprenda, te escuche, te preste atención, llevas esa losa en la espalda que se llama responsabilidad, y cuando crees que no puede ser más pesada, el amor que no es libiano para nada, aparece y te pone 20 kilos más (hipotético por supuesto), de rocas a la espalda.
El caso es, que cuando alguien no está arreglado del todo, se empieza a arreglar él mismo pero no termina de estar completo, el puzle de su mente y su alma no casan con la pieza que falta de su corazón, te pones a meditar, reflexionar, y te encierras en tí mismo, llegando a sentir que sólo tú puedes recomponerte, y a pesar de tener la ayuda de amistades, conocidos, conocidas, familiares, no eres capaz de encontrar la pieza que falta...
MikelG.
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