La huella en la nieve que se borra con El Paso de las estaciones, hace crecer la magia de nuestro subconsciente, llevándonos hasta el límite de nuestras emociones, amor, odio, pasión, duda,para dejarnos a solas con nosotros mismos y resurgir del pedazo de hielo roto de nuestro corazón ardiente.

 Las personas que pasan por nuestra vida son como cuando pisas nieve, la huella se queda y si el tiempo lo decide, la huella perdura en nosotros por mucho tiempo o se disipa en la ventisca del temporal.

Nos cruzamos con personas que marcan de un modo u otro nuestra forma de ser, de pensar y de actuar y hacer las cosas, hasta se nos quedan costumbres, formas de hablar y dichos que se mantienen ahí guardadas en el huequito de nuestro cerebro que dice “lo que dejó huella”

Nunca digamos nunca jamás, no dejemos que la ventisca pase sin construir nuestro muñeco de nieve, reir, disfrutar, llorar, enfadarnos, luchar junto o con la otra persona o personas. 

Si bien es cierto que hacemos algunas cosas sin pensar, otras de forma consciente, y que cuando nos damos cuenta, esa acción o recuerdo llega a calar tan hondo en los demás que nada vuelve a ser lo mismo. Nuestra burbuja se comprime más y más, el sol no brilla igual en verano, las hojas no caen igual en otoño, y el invierno no nos emociona tanto como cuando lo disfrutábamos en compañía.

Pero en el hielo del pavimento de nuestra burbuja, encontramos que, hay alguien que nunca nos defraudará..es el reflejo de nosotros mismos, la proyección que hemos creado en nuestro interior, la única entidad que nos comprende y sabe, lo que necesitamos, nuestro yo interior, lleno de amor propio y conocedor o conocedora de lo que realmente queremos o necesitamos para ser felices y plenos, nuestro propio subconsciente siempre está ahí, al acecho, alertándonos de todo lo que puede hacernos vibrar en otra onda que nos hará temblar como un terremoto y sacudirnos hasta separar nuestra razón de nuestro corazón.

El hielo de éste corazón se sigue congelando, y no parará hasta que el fuego de una ardiente llama lo derrita, pasando las estaciones y ciclos, fríos, calurosos, dificultades, obstáculos, apoyando y dando ánimos y empatizando para seguir adelante. 

MikelG.