La calidad de las personas erradica en su esencia, la que nunca se pierde, si no es por inconsciencia propia.
Cuando conocemos a diferentes personas, y nuestra mente está en un estado de paz, tranquilidad, libertad, lo percibimos todo con otros ojos, con otro aroma. Puesto que el olfato es uno de los cinco sentidos, es la propia palabra, sentido, lo que da vueltas cuando entablamos conversación con dicha persona; cómo lo cuente, de hecho, es un gran rasgo que valoro plenamente, porque cuando algo nos huele bien, siempre tendemos a repetir el mismo camino.