Mente y Pluma

  El tiempo no es sino un amigo que acompaña de la mano a nuestra experiencia, los segundos, minutos y horas que pasamos con nosotros mismos, las acciones que realizamos por llenar esos momentos que llamamos “paciencia” y “valores” que construimos con nuestras decisiones de arena, y nuestros castillos de sueños. No hay más que decir más que aprovecha el tiempo que se da en la vida, sólo hay una, lo que estás leyendo será un momento único que no lo leerás de la misma manera dentro de unos años, porque segundo a segundo, el tiempo nos envejece en experiencia, y nos cambia…en espíritu. Disfruta, ama, combate, aprende, lucha, llora, ríe, descubre, aventúrate, porque el tiempo sólo es uno, experiencias hay muchas pero las decisiones, son las que tomamos por nuestra propia voluntad, con un objetivo que sólo los luchadores conocemos, porque la gran cima de la felicidad sólo la alcanzan los que se esfuerzan por algo, y los que utilizamos lo que somos, para nuestro propio éxito. MikelG.

  A veces confiamos en que, cualquier persona, puede hacer de nuestro mundo un lugar mejor, de nuestros pensamientos un entorno más apacible, pero en realidad, de lo que no nos damos cuenta es que esas personas, a veces tienen una doble mentalidad. A donde quiero llegar con todo ésto? Tú conoces a una persona, sales con ella, hablas de tus intereses, llega el punto en que os contáis algo íntimo, y esa persona ni siente, ni padece…ya sea por la distancia, o por su doble mentalidad. Lo que me refiero es, escuchar a esas personas que tienen doble mentalidad, entender por qué piensan así, saber qué flores hay que regar en el jardín marchito de su alma vacía, es clave para ayudar a las personas a sentirse mejor, y que ese florecimiento de su ser conlleve a que puedan transmitir mejor lo que piensan y sienten, y poder regar esos vacíos que descansan en ese jardín de rosas marchitas de su interior. Ayuda a las personas a ser mejores, a veces lo necesitan, sólo que su doble mentalidad, no les

Cuando creemos que nuestras acciones son correctas, pero algo nos detiene, cómo se llama? Conciencia. Eso que cuando estamos mal, nos vemos cayendo por un túnel de agonía, frustración, resentimiento, porque todos cometemos errores, todos somos humanos, y cada vez que intentamos resolver esos errores, es como congelar la luna, la conciencia es esa luz natural que aunque nos sintamos fríos y tristes, siempre habrá en el interior algo que haga derretir esos sentimientos, esos cristalitos del alma que tarde o temprano, se derretirán con el ciclo lunar, es decir, nuestro tiempo natural de vida. Las mareas volverán a su ser, la temperatura del agua que corre por nuestro interior volverá a regularse, te calmarás, y vuelta a empezar. Nosotros somos los únicos que tenemos la capacidad de cambiarnos a nosotros mismos, con esa luz de luna que guardamos en nuestro interior, y esa sonrisa que siempre dibuja cuando la miramos desde la tierra. Es cierto o no? MikelG

  En el circo existen esos equilibristas que hacen malabares con su cuerpo en un vacío pasando de un lado a otro. Os suenan verdad?  El equilibrio y la fuerza que nuestra mente hace para estar en el balance de la cuerda que soporta todo su cuerpo, es impresionante. Miramos al vacío, pero a la vez hacia adelante, con la mirada fija, en el punto final, sabiendo que realmente, no existe red que nos soporte en la caída, porque, si encuentras el equilibrio en tí mismo, cierras los ojos, te concentras, y miras hacia adelante con esa venda en los ojos. De repente, verás lo invisible, alcanzarás lo inalcanzable, y llegarás a sitios insospechados. Cuerpo, mente y alma. Así de simple. MikelG Las redes recuerda, te mantienen en equilibrio pero todas, absolutamente todas tienen agujeros, cuadrados lo que es normal…ninguna parte de nuestro cuerpo es de esa forma.  Conclusión? No encajaremos con nadie de redes porque nosotros, formamos la nuestra propia

  Despertando con el sol en la espalda, con una cerveza fría, mirando al horizonte Del Mar sin ver el final del camino o el principio del sendero. Aquél sendero que nunca quise pasar, pero que poco a poco subí, sin saber dónde o cuándo iba a terminar. Llegan personas a nuestra vida, situaciones, pero como la noche y el día, todo es temporal. Cuando te intentas abrir a alguien y no es correspondido, es como intentar alcanzar el punto más alto del sendero, llegas a la cima  y ves que no hay nada más que tú, y solamente has sido arrastrando por la ilusión de que algo sucedería. Sigues insistiendo en ese vaso, a pesar de que el aceite y el agua no se mezclarán nunca, pero sigues mezclando, y mezclando, hasta que un día paras de darle vueltas, y lo tiras por el fregadero. No hay que perder la fe de que ese algo va a suceder, y nunca la pierdo, sólo la pongo en el lugar que le corresponde, en el tiempo que le corresponde. MikelG

  Salta al vuelo de tus pensamientos, desciende al vacío de tu subconsciente y pregúntate lo que quieres para ti. No puedes estar saltando de un sitio a otro eternamente, tienes que parar, pensar, valorar y actuar. Las personas que se mezclan en tu menú del día no son más que las que el metre del destino te pone en la mesa, no porque lo hayas pedido, sino porque era lo que servían en el buffet de tu vida. Nos llega esa persona, que nos deja ese buen sabor de boca, hace que su sabor empape nuestros labios de esa esencia que no queremos que se desvanezca. Y entonces nos sirven el segundo plato, un poco de interés y simpatía, y seguimos disfrutando del menú del día. Como acompañamiento, una guarnición de bonitas palabras, un poco de salsa de caricia mezclada con arrumacos, miradas bonitas, indirectas , cambios de manos, y jugueteos entre plato y plato. Es cuando te quedas mirándola, fijamente, y el tiempo se vuelve eterno, sin parpadeos de ninguna clase.  Ojalá poder mirar a los ojos a al

  Dar un descanso a la mente. Ahora, seguro estás pensando en muchas cosas, dejando paso a otras más o menos importantes según te vayas encontrando de ánimo. En ocasiones, vamos tan acelerados, que cuando paramos la mente se congela, entramos en un trance de pensamientos y emociones que no sabemos si dejamos de sentir, padecer, y nos dejamos llevar, como esa roca que se desprende desde lo alto de la montaña, y la vamos siguiendo con la mirada, va cayendo, cayendo, hasta que toca tierra y se detiene.  La rapidez con la que pasa el tiempo, es la misma con la que un colibrí vate sus alas, casi imperceptible al ojo humano. Por eso, aprovecha cada momento que se te da, disfruta, déjate llevar, guiar, siente el instante, quédate en trance, ama, discute, conoce… nunca sabes si las alas del colibrí algún día se detendrán y te arrepientas de todo lo que no pudiste hacer con el tiempo que se te ha dado. MikelG.