El arte de nuestros sueños reside en la soledad. Porque cuando estamos sólos, y aprendemos de nosotros mismos, alcanzamos nuestros sueños sin tener que estar con nadie más.

Llegas a descansar después de un largo día, Llegas a tomar el té, ponerte el pijama, y te deslizas hacia esa cama creadora de sueños rotos, los que algunos durarán, otros no, y los últimos, se harán realidad.

En ocasiones lo que soñamos tiene que ver con cómo nos sentimos en el día a día con nosotros mismos, o con otras personas. Y más aún, por increíble que parezca, puede que esos sueños acaben siendo una delgada línea del futuro que percibimos en nuestra visita diaria a las estrellas de nuestros sueños.

Caerse al vacío, soñar con alguien en concreto, ¿no os ha pasado? 

En los sueños somos los dueños de nuestro propio tiempo, y la mezcla de todas las situaciones diarias, y los recuerdos de nuestra mente, crean ese universo paralelo, del que salimos siempre, vivos, con los ojos abiertos, gritando, sudando…y a veces pensando que seguimos ahí, soñando…y quién te dice que lo que estás viviendo no lo sea? 

Ahora a descansar, y dejar que los sueños te confundan, te den placer, te hagan temblar, pero no antes sin abrir una puerta hacia tu propia realidad, y cerrar la puerta al miedo, del cielo de nuestros pensamientos.

MikelG

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